Roque Dalton
Roque
Dalton fue un poeta, ensayista, narrador, dramaturgo, periodista y
revolucionario salvadoreño que nació el 14 de mayo de 1935 en Quezaltepeque,
San Salvador. Anuncios Dalton cursó sus primeros estudios en algunos colegios
religiosos luego ingresó al Externado de San José, donde en 1953 obtuvo el
título de bachiller. Sus estudios superiores los realizó en México y Chile,
pero terminaría regresando a El Salvador a concluirlos. Roque Dalton
(Biografía) Desde muy joven se dedicó al periodismo y a la literatura,
participando en certámenes nacionales y centroamericanos donde obtuvo
reconocimientos. Sus primeros poemas los publicó en la revista Hoja y en Diario
Latino. Fue uno de los partícipes de la renovación de la lírica latinoamericana
de la década de 1960. Fue miembro del Circulo Literario Universitario junto con
Otto René Castillo, Manlio Argueta, Roberto Armijo y Alfonso Quijada, entre
otros, obtuvo en tres ocasiones el Premio Centroamericano de Poesía y el Premio
Casa de las Américas por Taberna y otros lugares, considerado como su mejor
libro de poemas. Anuncios A los 22 años Roque Dalton ingresó en el Partido
Comunista Salvadoreño. Curiosamente su actividad literaria corre paralela a la
militancia revolucionaria y el reconocimiento de su valía como escritor
coincide a su vez con las primeras encarcelaciones y exilios en Guatemala,
México, Cuba, Checoslovaquia, Corea, Vietnam del Norte y otros países. Artículo
relacionado: Poema de amor de Roque Dalton Más tarde se convirtió en el fundador
del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), una base importante para lo que
luego sería la guerrilla salvadoreña. Murió asesinado el 10 de mayo de 1975,
por sus propios compañeros de esa organización que había fundado.
SU OBRA
Mía junto
a los pájaros (poesía, 1957) La ventana en el rostro (poesía, 1962) El turno
del ofendido (poesía, 1962) El mar. Variaciones (poesía, 1962) El Salvador
(monografía, 1963) César Vallejo (1963) Los testimonios (poesía, 1964) Taberna
y otros lugares (1969) Miguel Mármol. Los sucesos de 1932 en El Salvador
(testimonio, 1972) Pobrecito poeta que era yo… (novela, 1975) Poemas
clandestinos, El Salvador, 1975 (poesía, 1980) Las historias prohibidas del
Pulgarcito (1974) Un libro levemente odioso (1988) Un libro rojo para Lenin
(1986) Últimos poemas (2005).
POEMA
EL
GRAN DESPECHO
País mío no existes
sólo eres una mala silueta mía
una palabra que le creí al enemigo
Antes creía que solamente eras muy chico
que no alcanzabas a tener de una vez
Norte y Sur
pero ahora sé que no existes
y que además parece que nadie te necesita
no se oye hablar a ninguna madre de ti
Ello me alegra
porque prueba que me inventé un país
aunque me deba entonces a los manicomios
Soy pues un diosecillo a tu costa
(Quiero decir: por expatriado yo
tú eres ex patria)
Luis Salvador Efraín Salazar Arrué
Nació el 22 de octubre de 1899 en Sonsonate.
Hijo de Joaquín Salazar Angulo y María Teresa Arrué. Su madre debió sostener sola a sus hijos Joaquín y Luis Salvador Efraín, quienes vivieron con apuros económicos, aunque tuvieron el apoyo de familiares cercanos.
Publica sus primeros cuentos a la edad de diez años en el Diario de El Salvador.
Pinta con gran habilidad y su familia lo manda a estudiar con el profesor italiano Spiro Rossolino, junto a su primo Toño. Gracias a las influencias de su familiar César Virgilio Miranda obtuvo una beca del presidente Carlos Meléndez para formarse en los Estados Unidos, hacia donde se trasladó en 1916 para estudiar en la Academia de Corcorán de Washington D.C., regresando a San Salvador a la edad de 20 años.
Expuso su obra múltiples veces en diferentes galerías y lugares de El Salvador, así como en Costa Rica, Guatemala, Nueva York, Nuevo Orleans y otros.
Se le ha considerado como el máximo exponente de la narrativa cuzcatleca.
Fue cofundador de la nueva corriente narrativa latinoamericana. En sus "Cuentos de Barro" y "Cuentos de Cipotes", trata del mundo campesino.
Publicó también novelas, aunque su verdadera maestría estaba en el cuento: es uno de los autores que han dado a este género, en Centro América, proyección universal.
En 1923, se casó con Zélie Lardé, también dedicada a la pintura, con la que tuvo a sus tres hijas: Olga Teresa, María Teresa y Aída Estela.
Salvador Salazar falleció en San Salvador el 27 de noviembre de 1975.
Hijo de Joaquín Salazar Angulo y María Teresa Arrué. Su madre debió sostener sola a sus hijos Joaquín y Luis Salvador Efraín, quienes vivieron con apuros económicos, aunque tuvieron el apoyo de familiares cercanos.
Publica sus primeros cuentos a la edad de diez años en el Diario de El Salvador.
Pinta con gran habilidad y su familia lo manda a estudiar con el profesor italiano Spiro Rossolino, junto a su primo Toño. Gracias a las influencias de su familiar César Virgilio Miranda obtuvo una beca del presidente Carlos Meléndez para formarse en los Estados Unidos, hacia donde se trasladó en 1916 para estudiar en la Academia de Corcorán de Washington D.C., regresando a San Salvador a la edad de 20 años.
Expuso su obra múltiples veces en diferentes galerías y lugares de El Salvador, así como en Costa Rica, Guatemala, Nueva York, Nuevo Orleans y otros.
Se le ha considerado como el máximo exponente de la narrativa cuzcatleca.
Fue cofundador de la nueva corriente narrativa latinoamericana. En sus "Cuentos de Barro" y "Cuentos de Cipotes", trata del mundo campesino.
Publicó también novelas, aunque su verdadera maestría estaba en el cuento: es uno de los autores que han dado a este género, en Centro América, proyección universal.
En 1923, se casó con Zélie Lardé, también dedicada a la pintura, con la que tuvo a sus tres hijas: Olga Teresa, María Teresa y Aída Estela.
Salvador Salazar falleció en San Salvador el 27 de noviembre de 1975.
SU OBRA
El Cristo Negro (1927).
El Señor de la Burbuja (1927)
O Yrakandal (1929)
Remontando el Uluán (1932)
Eso y Más (1940)
Cuentos de Cipotes (1945)
El Trasmallo (1954)
La Espada y Otras Narraciones (1960)
Vilanos (1969)
Ingrimo (1969)
La Sombra y Otros Motivos Literiarios (1969)
La Sed de Sling Bader (1971)
Mundo Nomasito (Poesía -1975)
POEMA
El ojo de agua
Entre cañas,
entre yerbas,
abrazando furtivo la paloma del cielo...
Escondido,
tembloroso,
ambicioso,
lúbrico...
Agua pechuga;
agua pluma;
agua...
¡Ladrón de luz, niño malo,
devuelve al aire
la mensajera luminosa,
la mensajera de amor,
la cristófora-colomba
que escondes contra el pecho!
Entre cañas,
entre yerbas,
abrazando furtivo la paloma del cielo...
Escondido,
tembloroso,
ambicioso,
lúbrico...
Agua pechuga;
agua pluma;
agua...
¡Ladrón de luz, niño malo,
devuelve al aire
la mensajera luminosa,
la mensajera de amor,
la cristófora-colomba
que escondes contra el pecho!
Miguel Ángel Espino
Nació el
17 de diciembre de 1902 en Santa Ana y murió el 1 de octubre de 1967 en México.
Fue un notable escritor periodista y abogado salvadoreño. Anuncios Desde
temprana edad Miguel Ángel Espino se dedicó a redactar textos literarios y
periodísticos, debido a que había nacido en el seno de una familia dedicada a
la poesía y entre los cuales se pueden destacar su padre Alfonso Espino y su
hermano Alfredo Espino. Miguel Ángel Espino Anuncios Su primera obra la publicó
a la edad de 17 años y se conoció con el nombre de Mitología de Cuscatlán, en
la cual trataba desde otro punto de vista algunas de las leyendas y mitos
populares de El Salvador como la Siguanaba y el Cipitío. Su característica
principal en sus escritos era la prosa narrativa descrita de una forma audaz.
Durante alrededor de 20 años estuvo trabajando como periodista en algunos
periódicos nacionales de la época. Algunos hacen ver las sutiles diferencias
con su hermano, que, a pesar de haber crecido juntos, Miguel era más realista
en sus escritos que su hermano Alfredo. El ocaso de su carrera llegó en el año
de 1953 debido a un derrame cerebral que le impidió seguir escribiendo;
posteriormente su familia lo trasladó a México donde vivió los últimos años de
su vida alejado de su país.
SU OBRA
·
Mitología
de Cuscatlán (1921)
·
Como
Cantan Allá (1926)
·
Trenes
(1940)
·
Hombres
Contra la Muerte (1947)
POEMA
Tierra Mojada En el fondo de la tarde, la casita se hacía
gris. El viento pasaba golpeando los tejados blancos. lloraba con un son ronco.
Y la buena viejita, la señora Josefa, sacaba en un tiesto la ceniza más blanca
de la lumbre. Decía que era un conjuro milagroso eso de hacer una cruz de
ceniza en el patio. Trazaba los brazos, grandes, trágicos; casi llegaban hasta
la puerta de la cocina, olorosa de humo. Como el cielo era triste, la cruz
tenía aspecto imponente. Ya por los tejados sonaban las gotas presurosas. Nosotros
saltábamos. El aire rudo que nos golpeaba la cara sólo nos daba ganas de
gritar. Y nos ponía un cantar en la boca. -"Ya viene el agua por la
lomita. -que se me moja mi chamarrita. - Ya viene el agua por la barranca. -
que se me moja mi ropa blanca". La señora Josefa era otro huracán,
corriendo tras la ropa tendida, que se quería volar. Y luego a poner los
cántaros. La abuelita gustaba de tomar agua así, con sabor a tierra, a terrón,
a campiña, a mañana fresca en la finca. ¡Tierra Mojada, qué grato olor! y el
chorro de la esquina caía musical, ronco, fuerte, acompasado. Yo recuerdo
la alegría fresca bajo la lluvia.
El temporal llenaba el patio, rebalsaban las tinas,
en la calle corría bullangera el agua. Nada de sol. Un frío húmedo. ¡Nada de
sol! En la casa, las palabras de la abuela iluminaban la penumbra, cuando se
ponía a rezar trisagios, y sacaba la Palma Bendita del Domingo de Ramos. Sin
zapatos, descalzos, la delicia era chapotear en el agua. Barcos de papel tan
ligeros no habrá otros> Los hacíamos con las hojas de los libros de versos
que leía el tío. los míos nunca se hundían. Daban vueltas, corrían, se
detenían, vacilaban. pero después surgían entre dos piedras, más airosas que
antes mojados, temblorosos. Yo me moría de gusto. Después, en la casa, tras el
temporal opaco, todo quedaba triste. La abuelita, encantada, tomaba su agua
llovida con sonrisa de miel: agua del cielo para su boca apagada. El vaso
turbio, zarco, era frasco de paz en aquellas manos benditas, hechas para contar
cuentas en los rosarios de las iglesias, propias para adormecer mis locuras y derramar
luz en mis ilusiones de entonces.
Abuelita, soy el mismo que se ponía cantan en el patio cuando venía el aguacero. La cruz de ceniza que tú mandabas hacer... ¡quién sabe!... Sin tu presencia perdió el milagro…y ya no creo en el consuelo de sus brazos blancos. muchas veces, en días amargos, en las tierras lejanas que me decías, he ensayado tu conjuro. Y ha llovido amargura en mi corazón. Y el viento ha soplado inclemente deshojando ensueños... a pesar de tu recuerdo y a pesar de la cruz. Aún, aquellas tardes me llenan de amor. Tu ternura es mi bien, a través del tiempo. Y siempre que se nubla mi cielo, siempre que viene el chaparrón, corro al patio que antes fue florido y fresco y dulce. Y te veo, en la silla, crepuscular, santa, buena, con tu vaso opaco y tu sonrisa clara, envuelta en un aire que olía a pascua, a flor, a tierra mojada...
Abuelita, soy el mismo que se ponía cantan en el patio cuando venía el aguacero. La cruz de ceniza que tú mandabas hacer... ¡quién sabe!... Sin tu presencia perdió el milagro…y ya no creo en el consuelo de sus brazos blancos. muchas veces, en días amargos, en las tierras lejanas que me decías, he ensayado tu conjuro. Y ha llovido amargura en mi corazón. Y el viento ha soplado inclemente deshojando ensueños... a pesar de tu recuerdo y a pesar de la cruz. Aún, aquellas tardes me llenan de amor. Tu ternura es mi bien, a través del tiempo. Y siempre que se nubla mi cielo, siempre que viene el chaparrón, corro al patio que antes fue florido y fresco y dulce. Y te veo, en la silla, crepuscular, santa, buena, con tu vaso opaco y tu sonrisa clara, envuelta en un aire que olía a pascua, a flor, a tierra mojada...
Rafael Menjívar Ochoa
Nació el 17 de agosto de 1959 en San Salvador, la capital de El Salvador. Su padre, Rafael Menjívar Larín, era un
destacado politicólogo y economista que llegó a ser rector de la Universidad de El Salvador.
En 1972, de hecho, el ejército ingresó a
la casa de estudios para tomar el control y Menjívar Larín tuvo que exiliarse en Nicaragua. Meses más tarde, el resto de su familia también partió
al exilio y el grupo se reunió en Costa
Rica a comienzos de 1973.En
territorio costarricense, Menjívar
Ochoa comenzó a dedicarse a la música. Dicha pasión la mantuvo en México, donde se radicó en 1976 y vivió durante más de dos
décadas. Fue en la nación azteca donde Menjívar
Ochoa desarrolló la mayor parte de su carrera literaria y periodística,
que incluye cuentos, novelas, poemarios y ensayos.Rafael Menjívar Ochoa regresó definitivamente a su tierra natal en
1999 y, en 2001, impulsó la fundación de La Casa del Escritor para formar a
jóvenes autores. La institución fue creada en la casa de Salvador Salazar Arrué (conocido como Salarrué). El 27 de abril de 2011, en El
Salvador, se produjo su deceso.
SU OBRA
·
Historia del traidor de
Nunca Jamás (1985)
· Algunas de las muertes (1986)
· Los héroes tienen sueño (1986)
· Terceras personas (1987)
·
Tiempo de locura. El
Salvador 1979-1981)
·
Los años marchitos
·
Instrucciones para vivir
sin piel
·
Un mundo en el que el
cielo cae y cae
·
Un buen espejo
·
Trece
POEMA
EPÍLOGO
Uno se levanta a veces, sin saberlo,
con los dos pies izquierdos. Saluda al espejo:
la barba creció. No hay café. (Se necesita
café para vivir hasta las diez de la mañana.)
Uno a veces se levanta y aún duerme
y años después despierta en una casa que es la suya
y si acaso encoge los hombros y susurra
una frase de perdón para sí mismo.
Uno tiene a veces las ganas de morirse a media calle.
Uno contesta a veces que sí porque así son las cosas,
que no o que tal vez porque así son las cosas.
Uno a veces no contesta
y se llenan de silencio los zapatos,
el pantalón queda flojo
y la camisa suda.
Uno se preguntó alguna vez “¿debo?”
y contestó “me muero”.
Uno, alguna vez, tendrá los ojos vidriosos
y dirá la palabra equivocada
y cantará sin tono
y no habrá quien lo escuche.
Uno verá alguna vez que el tiempo es viejo
y que no tuvo tiempo.
Sonará el despertador
y una sonrisa a la izquierda de la cama
le dirá que ya es hora, que el agua está caliente,
que no se le haga tarde.
Y uno —que es uno y no más que sólo eso—
dirá que un rato más, sólo un minuto,
sólo un segundo más, medio segundo,
y qué extraño, ya no suenan los violines,
y qué extraño es el mundo cuando no suenan los violines.
Claudia Lars
Su
verdadero nombre fue Carmen Brannon Vega. Nació en Armenia (El Salvador) en
1899 y murió en San Salvador en 1974.
Vida
Literaria: Claudia Lars pertenece a la estirpe de las grandes poetas de América.
A esa lírica femenina (no por feminista, sino hecha por mujeres plenas) que
sacó a la poesía latinoamericana de su postración mojigata, fruto de la
sensiblería ochocentista; cantaron al amor con giros eróticos estupendos, con
limpia inocencia invocaron la fertilidad de su cuerpo, su fecundación, el goce
de vivir, madres que esperaban un mañana alegre para sus hijos: materna pasión
que las convertía en tierra que esperaba la semilla de una nueva vida. Estas
mujeres poetas son: Juana de Ibarbourou (uruguaya), Alfonsina Storni
(argentina), Delmira Agustini (uruguaya) y la chilena Gabriela Mistral (premio
Nobel de Literatura, 1945). Gabriela en Chile, como Claudia en El Salvador, no
han tenido -entre las mujeres- quienes las acompañen plenamente en la búsqueda
del espíritu poético de nuestras gentes, lo esencial de estos países. No tienen
continuidad en otras voces femeninas. Claudia Lars escribe una poesía
transparente, sin que deje de ser profunda; a veces su maestría formal la gana
y olvidamos su mensaje, pero en cada poema suyo se encuentra a un poeta
manifestando vivencias, abriendo caminos antes inéditos para nuestra
sensibilidad, comunicando un estado de gracia nunca antes de ella ni después
encontrado en la poesía escrita por mujeres en El Salvador.
OBRAS
· Algunas Obras Estrellas
en el Pozo (1934)
· Romances de Norte y Sur
(1946)
· Donde Llegan los pasos
(1953)
· Fáula de una Verdad
(1959)
· Tierra de Infancia
(1959)
· Presencia en el Tiempo
(1960)
· Girasol (1961)
· Sobre el Angel y el
Hombre (1962)
· Del fino Amanecer
(1964)
· Nuestro Pulsante Mundo
(apuntes sobre una nueva edad) (1969)
· Poesía Última (1972)
ESTRELLA
Estrella... más que vista, presentida.
-¿Dardo de luz o brasa que levanto?-
Alta en el cielo y en razón de llanto
tras la retina por milagro hundida.
En el sueño y la sangre derretida.
Doliendo allí, perdida con espanto.
Casi tocada en la raíz del canto
y eternamente libre y perseguida.
Reflejo. Sin embargo, propia lumbre.
Clavo del hueso, signo de la cumbre,
ojo de soledad y lejanía.
Sitiada siempre, pero esquiva al tacto.
Doble. Juntando al fin su don exacto
en este humilde afán de la poesía.
David Escobar Galindo
David Escobar
Galindo nació en Santa Ana el 4 de octubre de 1943. Es un poeta, novelista y
jurista salvadoreño bastante destacado. Anuncios Su educación primaria y
secundario la realizó en el Colegio García Flamenco, posteriormente entre 1961
y 1968 estudió Jurisprudencia y Ciencias Sociales en la Universidad de El
Salvador, logrando conseguir el título de Doctor en Jurisprudencia y Ciencias
Sociales. David Escobar Galindo Fue ganador de los Juegos Florales de
Quetzaltenango, Guatemala, en la rama de poesía en 1980, 1981 y 1983. Es
miembro de la Academia Salvadoreña de la Lengua y director de la misma desde el
año 2006. Anuncios En su trayectoria también destaca haber participado entre
1990 y 1992 en la comisión gubernamental que negoció en el proceso de paz que
puso fin a la guerra civil de El Salvador. David Escobar Galindo fue nombrado
como Hijo Meritísimo de la Ciudad de Santa Ana. Actualmente es rector de la
universidad José Matías Delgado en San Salvador y también columnista habitual
de La Prensa Gráfica, donde publica sus poesías.
Obras
· Cornamusa
(poesía, 1975)
· El
Libro de Lilian (1976)
· Sonetos
penitenciales (1980)
· Árbol
sin Tregua (1996)
· Oración
en la Guerra (1989)
· El
venado y el colibrí (1996)
· Una
Grieta en el Agua (novela, 1972) El Árbol de Todos,
· Lecturas
Hispanoamericanas (antología, 1979)
Poema
Carta con rosas
Cantaban en lo oscuro su osadía
de más vivas estar que sangre en vilo.
Más vivas que el color que vive al filo
del amante mirar que las espía.
Y espiándolas expiaba su ironía
la sangre que las ve, temblando en hilo
que fluye hacia el océano tranquilo,
debajo de los párpados del día.
Cantaban en lo oscuro sus victorias
sobre ángeles, almohadas y memorias
-descalzas en el agua de su exilio.
Y así, con el pudor de las sirenas,
fulgían en el viento de mis venas
las rosas amarillas de Virgilio.
de más vivas estar que sangre en vilo.
Más vivas que el color que vive al filo
del amante mirar que las espía.
Y espiándolas expiaba su ironía
la sangre que las ve, temblando en hilo
que fluye hacia el océano tranquilo,
debajo de los párpados del día.
Cantaban en lo oscuro sus victorias
sobre ángeles, almohadas y memorias
-descalzas en el agua de su exilio.
Y así, con el pudor de las sirenas,
fulgían en el viento de mis venas
las rosas amarillas de Virgilio.
Alfredo Espino
Alfredo Espino es
sin duda uno de los poetas más destacados de El Salvador. Es también conocido
popularmente como el poeta niño, debido a que en su corta vida siempre estuvo
dedicado a las letras. Anuncios Alfredo Espino nació el 8 de enero de 1900 en
el departamento de Ahuachapán. Alfredo Espino (Biografía) Fue el segundo de los
ocho hijos del poeta Alfonso Espino y de la educadora Enriqueta Najarro, los
cuales pudieron ser la base para que él se dedicara a la poesía. En su vida
académica, Alfredo cursó estudios en la Facultad de Jurisprudencia y Ciencias
Sociales de la Universidad de El Salvador, entre los años de 1920 y 1927.
También colaboró en las revistas Lumen y Opinión Estudiantil, al igual que los
periódicos La prensa y Diario del Salvador. Alfredo Espino solamente escribió
96 poemas que se reunieron en JÍCARAS TRISTES en 1930, dividido en seis partes:
Casucas, Auras de Bohío, Dulcedumbre, Panoramas y Aromas, Pájaros de Leyenda y
El Alma del Barrio. Con una poética delicada, presentó con un estilo sencillo,
fácil de captar. Sus poemas exponen el paisaje de El Salvador, exuberante. Los
últimos años de su vida fueron bastante desdichados, debido a la negativa de
sus padres por que él se casara. Esto le provocó algunos desequilibrios
emocionales que le hicieron caer en el vicio del alcohol y llevar una vida
bohemia, entre bares y burdeles. Alfredo Espino murió en San Salvador, El
Salvador, el 24 de mayo de 1928 debido a una crisis alcohólica. Fue sepultado
en Cementerio General de San Salvador, sus restos descansan en Jardines del
Recuerdo, en el lugar de la cripta de los poetas.
OBRA
· Jícaras
tristes
POEMA
Cañal en flor
Eran mares los cañales
que yo contemplaba un día
(mi barca de fantasía
bogaba sobre esos mares).
El cañal no se enguirnalda
como los mares, de espumas;
sus flores más bien son plumas
sobre espadas de esmeralda...
Los vientos-niños perversos-
bajan desde las montañas,
y se oyen entre las cañas
como deshojando versos...
Mientras el hombre es infiel,
tan buenos son los cañales,
porque teniendo puñales,
se dejan robar la miel...
Y que triste la molienda
aunque vuela por la hacienda
de la alegría el tropel,
porque destrozan entrañas
los trapiches y las cañas...
¡Vierten lágrimas de miel!
que yo contemplaba un día
(mi barca de fantasía
bogaba sobre esos mares).
El cañal no se enguirnalda
como los mares, de espumas;
sus flores más bien son plumas
sobre espadas de esmeralda...
Los vientos-niños perversos-
bajan desde las montañas,
y se oyen entre las cañas
como deshojando versos...
Mientras el hombre es infiel,
tan buenos son los cañales,
porque teniendo puñales,
se dejan robar la miel...
Y que triste la molienda
aunque vuela por la hacienda
de la alegría el tropel,
porque destrozan entrañas
los trapiches y las cañas...
¡Vierten lágrimas de miel!
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